El cine que me gusta



Mi universo musical




A veces escribo cosas…

Un año de abundancia.

Casi me ahogo comiendo acelgas.
He descubierto que todo cambia en un segundo. 
Que haces planes y luego llega la vida.
He descubierto que quiero ponérmelo fácil, que duermo mejor con la persiana echada, que me gusta Juego de tronos y que cuanto más disfruto con la comida menos engordo. 
He descubierto que todo está en la cabeza, que no pasa nada por dejar una peli a medias, que prefiero comerme lo más rico primero, que el dinero tiene que fluir, y que no hay que guardar nada para el momento perfecto.

Que cuanto más me escucho, mejor puedo escuchar a los demás.  
Que si algo no me hace bien lo dejo, aunque me de miedo.
Que a veces me da miedo lo que más deseo. 
Que el miedo a perder es más grande de lo que pensaba.
Que cualquier camino me lleva a otro camino. Que nunca se llega a ningún sitio.
Que hay que hacer menos y parar más a escuchar lo que de verdad quieres.
Que se puede cambiar de opinión. 
Que no hay un cómo deberían ser las cosas.
Que cambiar de opinión es lo puto mejor que puedo hacer. 
Y es liberador.
Que lo que es bueno para mí puede no servirle al resto.
Que no se puede cambiar a nadie, que hay que dejar a la gente en paz. 
Que si quieres cambios tienes que cambiar tú. 
Y si no te vas. 
Que hay que pedir lo que uno quiere.
Que muchas puertas se abren solas, pero a otras hay que llamar. 
Que lo mejor que te puede pasar es que no se abra la puerta, a veces. 
Que eso lo entiendes después.
Que TODO lo que tengo lo voy a perder y tenerlo presente me hace disfrutarlo más.
Que abundancia es centrarme en lo que hay y no en lo que me falta. 
Que no controlamos una mierda. Por eso hay que confiar.
Que todo se entrena. 
Y que mañana puedo pensar otra cosa. 
Un año de abundancia éste.


A todo color

Lo bueno de tener una vocación artística es que mi crecimiento personal siempre lo he ligado a mi desarrollo como actriz. Me ha servido de motor. 
Uno actúa como vive, igual que folla como come. Si quieres saber como será tu amante, vete antes a cenar con él. 
Cuanta más comprensión tengo de mí, de los demás y de la vida, cuanto más puedo contener, más dimensión puedo darle a los personajes que interpreto. Eso pienso.
No estoy especialmente orgullosa, pero por lo general pienso poco las cosas antes de hacerlas. Una vez me dijeron que no podía ser, que como actriz tomaba buenas decisiones. Gracias. 
Se puede actuar desde la cabeza, pero tu interpretación también será mental. Claro que actuar tiene que ver con las decisiones que se toman, alguien que trabajó fuera me contó que un compañero se le acercó y le dijo «Good Choices” para alabar su buena interpretación, pero las decisiones tienen que estar en sintonía con el cuerpo, tener pulso propio, tienen que nacer de un sitio que va más allá de la mente. 
La intuición hace que esas decisiones lleguen, sin tener que tomarlas tú. Eso es el talento para mí, estar conectado con tu propia fuente. Los grandes artistas nos atraen porque lo auténtico nos seduce. Por eso mi atención en el último tiempo la estoy dirigiendo ahí. Por eso he empezado a meditar. Más sabiduría para mí, más sabiduría para mi actriz. 
Hay que hacer espacio. Porque desde el vacío, confío, desde el vértigo del silencio y de la nada, puede llegar lo nuevo, lo que es genuinamente tuyo que va más allá de tu historia y del traje que nos hemos creado que tanto nos limita. 
Pero hay que aprender a caminar en el fango.
Esto es un acto de fe. 
Es mi deseo para este año. 
Y que cada uno elija el camino que le lleve a su fuente. 


Así estoy yo

De puro corazón desecho en raíces 
que se endurecen sin abandonar el tronco que las amamanta.
Caminando en otra dirección 
así estoy yo.
Creciendo a lo ancho.

Llenarme de mi

Este fuego que se agarra y ni con un puño 
de dos mazos consigo sacar.

Olvidar 
que en algún momento me atravesaste en dos
que sostuve con mis manos tus tripas, las mías.

Beberme que todos los posibles ya no han sido. 
La fuerza de un bramido que yo sentía 
sin que hubieses siquiera pronunciado mi nombre.
Me deshago en deseo de volver a sentir tu piel fría, cálida, 
amasarla debajo de mis dedos.
Y explotar contigo fuera del tiempo 
de todo lo que en ese mismo instante nos separaba.

Nunca he estado más cerca de nadie,
tan lejos.

Tan viva.

Ahora tan sólo acariciar la idea
que se transforme en recuerdo.

Mi salida, mi luz, mi impulso de vida.
Abrir los cerrojos
subir las persianas
que entre la luz 
que lo borre todo.
Vibrar en otro cuerpo, 
llenarme de mi.

Más viva.


Que cada gota alimente mi cuerpo

De humo negro alimento mis pulmones, 
ceniza donde habita mi mente espesa entre las nubes. 
Un río de gelatina me daría tregua, 
en una mía cabeza a punto de reventar de tanta niebla. 
Gusano con el único afán de enturbiar mi mente y mis sentidos. 
Masa compacta que me atraganta y no me deja dar una paso al frente. 
Laberinto de caminos voy dando pasos de ciego que siempre me llevan al mismo sitio. 
Vuelvo a empezar. 
Camino sobre mis pisadas en tierra de nadie, sin un rumbo. 
Desterrada la esperanza, comienza una marcha fúnebre orquestada por una desazón que desdibuja el resto, enturbia todo lo que toca y lo tiñe de amargura. 
Niebla donde ni el amargor es claro. 
No hay llantos ni gemidos, sólo espesor negro. 
Sed. 
Ahora sí, en un grito ahogado imploro una tormenta. 
Agua que desborde mi cabeza, 
que ahogue mis ideas y estrangule con sus manos todo lo que está caduco y putrefacto. 
Que cada gota alimente mi cuerpo, 
que escupa el resto. 
Que se reencarne en sangre a la carrera por mis venas, 
un torrente imparable de energía que me despierte del letargo. 
Muerte física que se convierta en vida. 
Un analgésico para la anestesia que me llene de semillas. 
Que mi coño se convierta en la primera flor de la estación. 
Que la sangre caliente se desborde por mis poros. 
Legión de soldados que defiendan a mordiscos lo que es mío, 
lo que está escrito en mi cuerpo. 
Habitarlo al fin. 
Brisa húmeda en un campo sediento no sabe a nada. 
Centro egoísta que no comparte con el resto deja morir mis manos y mis pies en una huelga de hambre que nunca pidieron. 
Callar y seguir, sin nutrientes y a pesar de todo. 
Disparos en la nada, mi cabeza a tientas busca vida entre los muertos. 
Huérfanos sin sepultura los chupará la tierra llenando de quistes sus raíces, 
inconsciente cavará su propia tumba.